CASERÍO DE LA PIÑUELA

Centro Poblado La Piñuela.

La Piñuela, vereda que forma parte de la jurisdicción del municipio de Cocorná, está ubicada sobre autopista Medellin–Bogotá, a 40 minutos de nuestra área urbana, su clima oscila entre los 23 y 25 grados centígrados y se encuentra a una altura de 1.350 metros sobre el nivel del mar.

Por el norte limita con la vereda El Coco, al sur con la vereda La Tolda, al occidente con las veredas Santo Domingo, Majagual y La Cima; y, al oriente con las veredas Guayabal, La Aurora y San Lorenzo.

Sus habitantes reconocen que desde sus inicios fue denominada con este nombre gracias a que en dicho sector existían abundantes cultivos de Piñuela (planta tunosa de color morada), característica que fue reconocida por las poblaciones vecinas y así se consolidó el nombre de la vereda.

Ella, inició como un paraje en el cual se ubicaba tiendas, cantinas, carnicerías, restaurantes, etc, el motivo de los negocios es que allí era, y es aún, un cruce de caminos: Cocorná - San Francisco -Aquitania, Majagual, Guayabal - La Quiebra, La Piñuela - El Ocho.

Debido a su ubicación, este sector se convirtió en paso obligado hacia el pueblo, los habitantes de las otras veredas, como Santa Cruz, La Vega, El Sinaí, Majagual, Los Limones, La Quiebra, entre otros.

En ese entonces, en este sitio se realizaba una parada casi obligada para comer algo o simplemente tomar el “fresco”, y continuar su camino; y así, poco a poco se fue poblando de personas y lugares de ventas.

En el año 1.972 empezó a funcionar la primera escuela rural en la parte baja de la vereda, vía a el sector El Ocho, allí se encontraba ubicada la vivienda de la señora Merceditas Zuluaga, la cual el municipio debió comprar para el funcionamiento de la escuela.

La primera profesora fue la señora Julia Rosa Quintero, quien daba las clases en una casa vieja construida en tapia; años después en cabeza de la profesora Isabelita Rueda y con colaboración del comité de Cafeteros, municipio y J.A.C., liderado por Evelio Giraldo y Otoniel Zuluaga, entre otros, se gestionaría los recursos para la construcción del colegio Eva Tulia Quintero, en el año 1.994, verían en este la materialización de otro logro relevante para la población del sector.

Según los pobladores más antiguos, la vía a la vereda llegó hace más de 50 años, llegando hasta el caserío de Pailania y luego hasta la cabecera del municipio de San Francisco.

Otro evento que marca el desarrollo de la vereda es la mejora en las vías de acceso, en el año 1.974 pasa la construcción de la autopista Medellín-Bogotá, lo cual posibilita el intercambio comercial en la vereda, así como la adquisición de productos que mejoran la calidad de vida de sus habitantes.

En el año 1.987 se construye la primera capilla para la vereda, con el fin de establecer y contar con un espacio  propicio para la realización y festejo de sus creencias y devociones. Este terreno fue conseguido principalmente por la monja Emilia, quien compraría los predios donde actualmente se encuentra  la capilla, a la señora Susana Zuluaga.

Interior de La Parroquia María Auxiliadora.

Es importante recordar que la religiosa Emilia Jaramillo fue la pionera de la construcción de la capilla María Auxiliadora, entre los años 1.982-1.983, ella gestionó la compra del terreno y la comunidad le colaboró de inmediato con trabajo y alimento.

Hoy en día alrededor del poblado existen varias casas, una capilla, puesto de salud, escuela, colegio, panaderías, restaurantes, tiendas, mueblerías, carnicerías, una estación de gasolina y un hotel (El Cacique).

Fuera de esto la parroquia realiza varias celebraciones como la Semana Santa, fiestas patronales, día del campesino, entre otras festividades; además, continua siendo un punto de referencia para las personas que se dirigen al municipio de San Francisco, Rio Melcocho y el Rio Santo Domingo

REFERENCIAS:

Historia de La Piñuela, Arnoldo Botero, Pág. 7, 9 y 11.

Programa de memoria y patrimonio cultural; historia de las veredas del área de influencia de la Pequeña Central Hidroeléctrica El Popal - Cocorná, Pág. 10, 11, 12.