SOMOS DESCENDIENTES DE LOS PANTÁGORAS Y NO DE LOS TAHAMÍES

En el oriente antioqueño hemos afirmado erróneamente, que los indígenas que ocuparon nuestro territorio pertenecen a la familia de los tahamí. Este craso error tiene origen en la división que los antiguos pobladores de Antioquia, hiciera el sabio Manuel Uribe Ángel, en Katíos, Nutabes y Tahamíes, y que además afirmaba que “los tahamies ocupaban los lugares medianeros al Porce y al Magdalena, es decir la parte oriental del Estado.”.

De acuerdo a los cronistas, los Tahamíes y Nutabes se localizaban desde el norte de la actual población de Olaya, a orillas del Cauca, hacia el oriente sobre la cordillera central hasta Nechí.

Parque Principal de Cocorná.

Casi todo el oriente de Antioquia y nor-oriente de Caldas, fue ocupada por los Pantágoras o pantágoros y los Amaníes. Basándose en la recopilación historia de Fray Pedro Aguado y el padre Medrano, Paul Rivet delimita su territorio así: “el rio Guarinó al sur y el San Bartolomé al norte, es decir, una extensa región geográfica, en donde se hicieron dos importantes fundaciones del siglo  XVI: Victoria y Remedios”.

Existen muy interesantes y curiosas noticias acerca de las formas de vida y de la religión de estos nativos, “que nos indican que tenían una complicada organización social y un complejo mundo mágico religioso”.

Vale la pena aclarar que la mayoría de estas características se las adjudicábamos a Tahamíes y pantágoras como nuestros antepasados, refiriéndose a la crónica, de Aguado y Medrano, el  miembro de la academia Colombiana de Historia Luis Duque Gómez dijo: “difícilmente encontramos en otros relatos de la época alusivos al territorio de lo que hoy es Colombia, mayor precisión en los conceptos y una mejor y más justa apreciación de la organización social y de otros aspectos de la vida de estas tribus. Ni siquiera la misma crónica del Perú, del ponderado cronista descubridor don Piedro Cieza de Leon…”.

Aguado explica por qué llamaron a estos indígenas pantágoras ó pantágoros; “la mayor parte de los naturales de estas dos ciudades (se refiere a Victoria y Remedios), son llamados por los españoles Pantágoros porque además de ser toda una lengua y habla, usan en ella de muchos vocablos de patán, como patami, patama, patamita, patamera, patania, que es como decir, no hay, no sé, no quiero, y por aquí van discurriendo…”

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Los pantágoras ó pantagoros también fueron llamados: palenques porque sus casas eran verdaderas fortalezas de madera y que hacían a manera de  palenques, y que muchas veces resistieron victoriosas los embates de los conquistadores españoles; también se llamó coronados porque los más valientes traían una corona hecha en la cabeza, “como de fraile”.

En el curso alto del rio Samaná  moraba los samanaes, una tribu de los pantágoros, cuyos núcleos principales eran los pueblos de Otana y Corozna, denominación esta última que significa “tierra de animales” en idioma pantágoro.

Necesario es también aclarar que el error involuntario cometido por el médico y sabio Manuel Uribe Ángel se debió a la semejanza etimológica entre los vocablos tahamí y amaní, que él confundió como perteneciente a una misma lengua y pueblo, ( en idioma pantágoro, amaní significa “los de afuera”).

REFERENCIAS:

Ramiro Arias, cascada la revista año 9 – número 21, enero – junio 2.022, pág 20.